El poder del grupo
- 19 nov 2024
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Vengo a compartir la siguiente reflexión a partir de mí experiencia personal de un año con Gaby y la hermosa comunidad de mujeres que ha construidos.
En muchos momentos de mi vida que han sido trascendentales, a veces durisimos y transformadores he tenido la oportunidad de integrarme a grupos de personas con diferentes temáticas.
En ellos he encontrado un montón de aprendizajes y personas similares a mí; pero en lo particular siempre me han enseñando que eso que creía que me pasaba a mí, o eso que creía que yo solo pensaba, no es tan así.
Aunque a veces me considero única, me he dado cuenta de que no lo soy. Hay una experiencia humana que nos atraviesa de manera común a todas y sentirse acompañada en lo que nos pasa alivia y se siente TAN LIBERADOR.
Y esto fue lo que me sucedió al poder compartir durante un año con esta comunidad. En un principio llegué con mucho miedo ya que mis primeras clases prenatales las hice en un grupo mixto de mujeres gestantes y mujeres con sus bebés.
Allí aprendí que el miedo era compartido por chicas en mi misma situación. También aprendí que el llanto de los bebes no tiene por qué generar angustia e igualmente pude tener un primer contacto con mujeres transitando el posparto, veia su agotamiento pero a su vez la entrega y felicidad.
Luego de unos meses, llegó mi hijita Maia a este lado. Dejé de ser mujer gestante para convertirme en puérpera.
Con muchas dudas y con bastante dolor corporal -tuve una recuperación bastante lenta de mi cuerpo luego del parto, por haber sufrido una contractura de mi piso pélvico al momento del pujo- por impulso de Gaby retomé las clases de yoga.
Asi transcurrieron varios meses de mi postparto, en los que a veces me preguntaba cómo llegaba a las clases, pero llegaba. Llegar a clases me revitalizaba a pesar de las noches interminables de mal dormir, la irritabilidad de mi bebé y la mía también; pero el sentirme acompañada y saber que muchas estaban pasando por lo mismo hacia que el proceso y los días se sintieran distinto.
Con todo esto quisiera llegar a la siguiente reflexión: siempre podemos conectar con gente similar a nosotras si estamos dispuestas, siempre podemos encontrar personas que estén atrevesando procesos iguales a los nuestros.
Lo que me lleva a pensar que nunca estamos realmente solas y compartir, vincularse-conectar es imprescindible para nuestro bienestar.
Solo queda abrirse, permitirse dar y recibir.
Maria Cristina Urra y Maia 2024
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