Mis dos partos
- 7 dic 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 8 dic 2024
Hoy te comparto recuerdos, sentimientos, pedacitos de mis historias de parto escritas horas después para no olvidar detalles, y algunos recuerdos que aparecieron con el tiempo.
Mi primer parto: inicio espontáneo, 38 semanas y 5 días.
Parto normal opacado por una matrona que me ocultó información.
Me puso oxitocina sin mi consentimiento, y cuando me di cuenta después del parto, me lo negó. No importaba que lo hubiera hecho si es que hubiera sido con mi aprobación, el problema fue hacerlo a su pinta.
Me hizo un primer tacto dolorosísimo durante el trabajo de parto… sin motivo…fue la peor experiencia… lejos lo más doloroso del parto.
Yo quería estar sobre la pelota en movimiento, y lo hice!, pero ella no estaba muy convencida. Cada cierto tiempo me decía “quieres que te pongamos anestesia? se demora en hacer efecto por lo que tienes que avisar con tiempo” Siempre "advirtiéndome" y adelantándose a los hechos... más que ayudar (pensando en que esa era su intención) lo único que hacía era generarme ansiedad.
Cuando ”rompí bolsa”, mientras me hacía otro tacto, ella me dijo inmediatamente y sin que yo preguntara nada: "hubo un rompimiento espontáneo de membranas"… aseveración que a esas alturas me hizo dudar.
Además, mi guagua nació con un pequeño rasguño en su cabecita, nadie me supo decir que fue, pero luego de analizarlo creo que lo más probable es que haya sido ella que me rompió artificialmente la bolsa y pasó a llevar a mi guagua.
Me empujo fuertemente el abdomen para que la guaguita "bajara", en ese momento yo seguía sus instrucciones sin cuestionar. Durante el post parto no entendía por que me dolía tanto el abdomen al respirar, pero con el paso de los días entendí que sus maniobras habían provocado este dolor, porque fueron excesivas.
Luego del parto me costó muchísimo olvidarme de lo que había pasado, y se lo conté a mis cercanos, sentía que esto se tenía que socializar y saber... me daba mucha pena. Para mi el parto era un momento sagrado.
Debido a esto cuando quedé embarazada de mi segundo hijo decidí cambiar de equipo médico, a pesar de que el ginecólogo que tenía era un 7... me dio desconfianza atenderme con ese equipo nuevamente.
Mi segundo parto: inducido por motivos de salud, 38 semanas y 5 días (si, coincidencia!)
Un trabajo de parto largo que terminó en una cesárea respetada.
Tenía miedo de repetir la experiencia anterior, así que busqué otro equipo médico y matrona.
Por razones médicas tuvo que ser un parto inducido. El trabajo de parto fue largo! Unas 18 horas, con la anestesia precisa que me permitió moverme libremente, recibir masajitos y sobrellevar las contracciones sobre la pelota. Y si bien fue medicalizado, utilizando varias técnicas para acelerar las contracciones, ya que mi guagua no "bajaba", fue todo muy contenido, cada una de las decisiones fue consultada conmigo, y a mis tiempos. No hubo ninguna imposición ni se ocultó información.
El parto terminó finalmente en cesárea ya que mi guaguita tenía muy enrollado el cordón y por eso no bajaba.
El equipo lo dió todo para que fuera un parto normal, mi ginecóloga también estaba embarazada, de 32 semanas y aun así nos esperó hasta el último minuto, apoyando cada una de mis decisiones, al igual que la matrona.
Si bien pasar por pabellón me generó mucho nerviosismo y bajas de presión como efecto de la anestesia, fue una cesárea hermosa, sin peros, sin dudas, sin sentirse pasada a llevar. Salí tan feliz del pabellón, con una sensación de contención tan bonita, a diferencia del parto anterior... en el que, a pesar de haber disfrutado cuando tuve a mi hija en mis brazos, me sentí pasada a llevar, vulnerable y llena de dudas.

Por esas circunstancias de la vida, tuve los controles postparto de mi segundo hijo con mi primer ginecólogo, ya que mi ginecóloga actual ya estaba de prenatal. Ahí sentí la necesidad de decirle por qué me había cambiado de equipo y clarificarle que no era él el problema, sino su matrona. Agradeció mucho que se lo hubiera dicho, y me comentó que ya había recibido otros comentarios similares de otra paciente.
En ese instante recién logré cerrar y sacar este tema de mi cabeza.
Lecciones:
La violencia obstétrica es injustificable en cualquiera de sus grados, siempre se debe hablar, no minimicemos lo ocurrido.
La información es poder. Informémonos durante el embarazo, compartamos nuestros deseos y aprehensiones con nuestras familias y equipo médico.
La importancia de la contención y confianza en el equipo médico durante el parto es clave para que todo fluya.
Una cesárea no es el ideal de parto (al menos para mí), pero puede ser hermosa y respetada :)
Yo sigo aprendiendo de esta experiencia y deseo que para la tuya tengas toda la confianza en tu equipo médico, que sientas el apoyo de tu familia y que la bienvenida al mundo de tu bebé sea la más respetuosa y amorosa posible.
Catalina.
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